domingo, 26 de julio de 2015

Domingo de julio.


No solo el invierno es una primera vez, no solo absorber la noche como territorio, flotar en un placebo de libertad. Habrá que intentar algo nuevo cada día, tomar un trago a lo desconocido y gritar por la madrugada iluminada con pantallas leds y semáforos. Habrá que escuchar las pequeñas voces subversivas que me recorren los poros y hacer equilibrio con la moral (esa sucia moral) para no caerme de la bici. Habrá que traicionarse a si mismo algunas veces y habrá que redimirse y hacer las paces, dar mil vueltas a un asunto en la cabeza hasta el mediodía siguiente y despedazar todo con una nueva opinión. Habrá que crecer en una forma distinta a la que creímos posibles y entregarnos a los miedos para que nos devoren y convertirnos en nuevos caníbales. Habrá que sentir el placer de todas las primeras veces que estan por venir.