sábado, 22 de enero de 2011

Invocando un día gris




Invocando un día gris
que me inspire, que me retuerza
un día sin sol, brisa silente.

Que me acompañe una nube
en el camino hasta ti
que me recibas con el pecho desnudo.

Y las voces del estruendo citadino
se hagan nada, se desvanezcan,
que el viaje sea solo paz.

Que una taza de buen café
en tus manos deliciosas
me den la bienvenida.

Sin cerrar los ojos
sin dormir ni un poco
soñar como insomnes que somos.