Es preciso estar hecho de algún
metamaterial,
desaparecer a la vista de los imprudentes, esconderse en el
bolsillo del amado.
Estallar los autobuses con molotovs
imaginarias,
recorrer las calles con un enorme papagayo amarrado a la muñeca.
Caminar por la cornisa del puente colgante,
nadar en mar abierto,
subir hasta la magnetósfera.
Intervención de una fotografía de la pared desgastada en la entrada de nuestro espacio con un ensamblaje textil llamado Órbita del Planetoide.